16/5/11

Andrea



Hoy quiero trasladarme al patio del recreo, y lo que mejor puedo ver es a mí corriendo tras otras niñas y  en especial, tras Andrea.
Lo cierto es que de pequeña no era ni popular ni muy querida entre mis compañeras, pero tenía algunas amigas que valían ( y valen) su peso en oro.

Ya hablé de otras amigas, pero de esta nunca. La razón, aunque me ha llevado mis años descubrirla, la entenderéis enseguida:

Como cualquier niña intentaba hacer amigos, el problema era que las niñas de mi clase o se conocían o digamos que "desconfiaban" de las demás. Eso les hacía caer en la crueldad de los crios.
Poco a poco, haciéndome camino y con ayuda de buenas samaritanas conseguí alguna que otra amistad.
El caso es que Andrea y yo nos entendíamos muy bien. Era muy divertida, las horas se me pasaban volando junto a ella, incluso íbamos al mismo grupo de Montañeros, por lo que pasamos varias acampadas juntas.
Era una niña muy dulce, amable, cariñosa...
Al ser aún pequeñas, a mi me dejaban salir muy poco y cerca de dónde vivía. Así que en verano no la veía de no ser por algún campamento, pero a la vuelta del curso, ella siempre tenía una sonrisa esperando por mi.
El año que pasamos de Primaria a Secundaria todo cambió. Dejó de hablarme repentinamente. No más acampadas, ni sonrisas, ni bromas, ni juegos ni nada.
Por lo visto eso que decían mis padres que era un gran cambio no lo noté en las asignaturas, si no en la gente.
Muchos compañeros con los que me llevaba bien me dieron la espalda, era como si hubiesen hecho alguna especie de pacto para dejarme fuera, a mí y mis amigas, y ahí fue cuando empezó la pesadilla...

De todas maneras al principio pensaba que estaba cabreada por que no nos dejaban en paz, nos acosaban, nos maltrataban y a Andrea le tenía muchísimo más coraje que a otros y tras casi 8 años he llegado a entender que no era realmente cabreo ni frustración, era tristeza, tras tanto tiempo junto a ella y de la noche a la mañana como si nunca hubiéramos estado jugando juntas.


Todavía conservo alguna cartita suya guardada con el resto de las de mis amigas. Cada vez que veo su letra pequeña, redonda e infantil,no puedo evitar recordarla como era.

Espero que algún día me diga por qué.

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