7/6/10

Fuego



Todo comienza con un roce. Una chispa. Ambos cuerpos chocan entre ellos provocando esas pequeñas luces tan brillantes.

Cada vez aparecen con mayor frecuencia, ambos siguen y siguen chocando.

Aquellas chispas se convierten en un pequeño fuego que va tomando tamaño a la par que toma el aire que lo alimenta.

Ese fuego baila mientras quema, calienta y alumbra a ambos; los envuelve en una danza tan hipnotizante como embriagadora.

Pero como todo fuego, poco a poco, termina consumiéndose.

Uno o ambos cuerpos terminan por agotarse y convertirse en ascuas, dónde los últimos restos de calor acaban por desprenderse.

Por último, solo quedan las cenizas, frías y grises, los últimos resquicios de que una vez ardió un fuego con pasión.

Tarde o temprano, todo acaba apagándose.

3 comentarios:

  1. Muy bueno, es tan real como la vida que tenemos delante. Sigue así.

    ResponderEliminar
  2. (Rafa Viking)
    No seas tan negativa :P

    ResponderEliminar
  3. Por desgracia, hasta la vida se consume. Cada segundo que pasa... Peeeero ¡hay que saber avivar el fuego! Y que mientras de calor, lo dé bien y en condiciones.

    En parte el fuego es como el amor ¿verdad? Si se mantiene vivo, sigue ardiendo, pero si lo descuidas, se apaga. También ocurre con las relaciones de cualquier tipo, incluso con la vida.

    Me ha gustado la comparación que has hecho, pero no que transmitas esa tristeza. Te quiero ¿sabes? Pero te quiero feliz!

    ResponderEliminar

Gracias!