21/4/10

La carga

Al salir de la ducha y envolverse el cuerpo con la toalla, retiró con la mano el vaho que empañaba el espejo. Ahí estaba, otra vez, ese reflejo, esa cara con la que tenía que cargar día a día. Estaba sola frente a sí misma y siempre veía lo mismo, decepción. Un rostro con el que nunca hubiese querido nacer.
Tocaba su reflejo pensando en cómo sería si fuese distinta, en que pasaría si no llevase esa carga encima.
Solo tenía su personalidad, de la cual no estaba segura, y al solo tener eso su corazón le pesaba cada vez más, su cuerpo se rechazaba a sí mismo por ver tal imagen.
Todos le dicen "eres guapa", "eres mona", ¡mentiras! Ella sabía la verdad y los demás también, pero ocultan la realidad para agradar y eso le duele más.

Encoje su mano en un puño lleno de frustración, decidida a romper aquello que ve y antes de que su mano entre en contacto con su yo frío, se para en seco, aparta la mirada y con los ojos cerrados exhala su aliento cálido para tapar la cara del espejo.

Sabe que eso no cambiaría nada, pero prefiere ser un borrón ante el espejo y tapar su cara.

Y así, todas las mañanas.




3 comentarios:

  1. ¿Que tendrá que ver un espejo con la belleza?
    ¿Que tendran que ver las palabras con ella?
    Dime, ¿que tendran que ver?

    La belleza es subjetiva, y mientras el espejo siga mientiendo, esta lo seguira siendo.

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