
- ¡Luisito no hagas eso! Caminar tan cerca de la carretera es muy peligroso.
- Si mama, perdona.
Mientras se alejaban ambos una idea me vino a la mente: toda la vida nos la pasamos al borde de las aceras, estamos siempre a merced del peligro. Cualquier día podemos dar un paso en falso y caer a merced de los coches.
Por qué no ir por las seguras aceras, en vez de exponernos al peligro.
Puede que deseemos superarnos a nosotros mismo, porque así la vida es más peligrosa a la par que divertida o porque esperamos descubrir quién tirará de nuestra chaqueta. Ese alguinen que está pendiente de nosotros y nos hace sentir más seguros ante el peligro.

No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias!