29/7/09

La agonia del vampiro



De las oscuras sombras de la noche, aparece como fantasma. Con sed de sangre va al acecho de sus víctimas, capturándolas sin reproches, noche tras noches. Oh, comiéndose la vida y transformándola en inexistencia.
Hace tiempo que me aburro de esta rutina, hace tiempo que no siento latir mi muerto corazón, ni el correr de la sangre por mis venas, ni la alegría o el amor de una dama. No soy persona, no soy vivo pero tampoco soy muerto.
Entre mi mundo hay dos puntos de encuentro, seguir muriendo pero estando vivo, o descansar mi cuerpo en el infinito.
Sólo pido un sentimiento en mi corazón, el amor oh, el bello amor en vez de juegos sin pudor.
El último sentimiento que recuerdo, es el de las heridas en el cuerpo muerto, una espina de una rosa, un cuchillo en la pierna, una estaca eterna...
Apesar de todo, soy orgulloso vampiro de jugar con los corazones y los sentimientos de los vivos, de clavarles mis afilados colmillos en la dulce carne que me atormenta con sus latidos.
Orgulloso de reirme del rival al clavarme su ridículo puñal. Sobresaltarlos sutilmente al aparecer a sus espaldas y tocar el blando cuello que me llama, me tienta.
Pero jugar con otro vampiro, es jugar con fuego. Jugar a mordernos, a incitarnos, a excitarnos, a compartir nuestra sangre, a sumergirnos bajo sábanas de seda negra y terminar volando sobre la estensa llanura...
Así es la vida del cazador nocturno, agonía y juegos profundos....





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